Cada 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, una fecha creada para que los habitantes de este planeta recuerden lo importante que es cuidar el único hogar que tenemos y, además, para centrar los esfuerzos en motivar a las personas y comunidades para que se conviertan en agentes activos del desarrollo sostenible y de protección del medio ambiente.
En su apuesta por la sostenibilidad, un emprendimiento de la ciudad de Rafaela reafirma, en esta efeméride, su compromiso medioambiental a través del reciclado de envases de Tetra Pak. En ese sentido, desde Diario CASTELLANOS dialogamos con Leandro Bertero, Técnico Universitario en Gestión Ambiental, quien forma parte de «TBJ Desarrollo Sostenible», un grupo de hermanos que se unieron para generar proyectos de triple impacto: hablamos de desarrollo social, desarrollo económico y cuidado del ambiente.
Con respecto a los envases de Tetra, Bertero explicó que si bien tienen muy buenas características, dado que son de fácil traslado para los fabricantes y de fácil uso para los consumidores, se trata de un material muy difícil de degradar y de desaparecer. «Actualmente, estos envases no tienen un proceso de reciclado cierto. Hay dos que la empresa sueca Tetra Pak menciona: uno es el de hidropulpado y el otro el de prensado termo-mecánico. Estos procesos dependen de maquinarias pesadas, de altos costos de equipamiento, por lo que no hay variedad -en Buenos Aires hay dos máquinas solamente- y el volumen de Tetra Pak es altísimo, o sea, se consume cada vez más. Entonces, es un problema serio», comentó el profesional.
En Argentina hoy se producen 50.000 toneladas de envases Tetra Pak, de los cuales se reciclan únicamente entre el 10 y el 15 por ciento. El resto va para los rellenos sanitarios que, si bien son estructuras costosas, cuidan al ambiente, aunque no estén creados para tal fin. Lamentablemente, en la mayoría de los casos, terminan en vertederos a cielo abierto, son quemados o dispersos en el ambiente, según contó Bertero a este medio.
«TBJ Desarrollo Sostenible»
El grupo TBJ está conformado por un grupo de hermanos. «Tenemos distintas profesiones. Hay una socióloga, tenemos ingenieros, arquitectos, y yo soy Técnico Universitario en Gestión Ambiental», especificó. Se unieron para desarrollar proyectos de triple impacto, enmarcados dentro de lo que se denomina economía circular. Uno de sus primeros proyectos fue un programa de la provincia de Salta, en donde se proponía atender a necesidades nutricionales de ciertos grupos poblacionales -parte de ellos en las comunidades wichís- con leches envasadas en Tetra Pak. «Cuando vimos que no había salida para estos envases, es decir, que iban a terminar dispersos en el monte, contaminando o haciendo basurales, es ahí donde pensamos que no podíamos no hacer algo al respecto», manifestó Bertero. Es así como comenzaron a investigar y a estudiar de qué se trata el envase, cómo está compuesto y, sobre todo, qué tipo de tratamiento se le puede dar a cada uno de los materiales que lo componen.
Alianza con DEISA y proceso de trabajo
En ese camino, crearon una alianza con una empresa rafaelina importante, Desarrollo de Equipos Industriales S.A. (DEISA). Mediante el trabajo conjunto, lograron desarrollar un proceso inédito, que no existe ni en Argentina ni en Latinoamérica: se llama «Proceso de Conversión Termo-mecánico», mediante el cual se inserta en una máquina el material picado y sale el producto terminado. «Hemos investigado bastante y estado en contacto con Tetra Pak y entienden esto como una innovación total», declaró Bertero. Asimismo, reveló cómo se lleva a cabo el proceso de reciclado. «Obtenemos una masa en caliente, que es moldeable. La ventaja que tiene es que, una vez que se obtiene, se inserta en un molde y se logra un producto», detalló.
Con respecto al material que se consigue, Bertero lo describió como aplicable a distintos tipos de construcción, incluso ese es uno de los productos que patentaron desde TBJ. Por lo tanto, el material sirve para cubrir una demanda real. «Tenemos mucho de este material que hoy no se utiliza, y sabemos que hay mucha demanda en los hogares sociales. La gente que trabaja en cooperativas también tiene necesidades muy grandes de suelos, techos y paredes. Entonces, tenemos este producto que desarrollamos, el cual es muy versátil», aseguró Bertero.
En tanto, el Técnico en Gestión Ambiental afirmó que, si bien se trata de un producto que, mayormente, tiene como destino la aplicación en construcción de viviendas o de muebles, el material, en realidad, posibilita hacer una gran variedad de productos. «Es un paradigma que queremos cambiar también. El tema de reciclar no significa introducir altos volúmenes de un material en hacer algo que se use para un ladrillo, por ejemplo. Este material admite hacer productos de ingeniería, es decir, precisos. También, podemos hacer piezas de maquinarias o repuestos para la industria automotriz. Debemos abrir la cabeza y diversificar este material para hacer una variedad de productos muy amplia», expuso Bertero.
La máquina que logra realizar este tipo de reciclado fue desarrollada por DEISA, empresa metalúrgica que se encuentra ubicada en el PAER. «Las máquinas están pensadas para que sean chicas al lado de lo que se acostumbra en un proceso industrial clásico. Están pensadas para que las puedan utilizar las mismas cooperativas de trabajo, por lo que son rústicas y son chicas», detalló Bertero. En tanto, explicó que desde DEISA se presta el servicio integral, es decir, los interesados pueden comprar las maquinarias y DEISA realiza la instalación correspondiente.
Si bien es un proceso sencillo, el profesional remarcó que se debe considerar que son máquinas que están haciendo su máxima productividad, es decir, 40 toneladas por mes. «La podemos tener en una casa, pero también tenemos que manejar ese volumen de envases, que son muy voluminosos porque es puro aire lo que contienen. El lugar donde tenemos que trabajar es chiquito por el lado de las máquinas, pero debe ser acorde al volumen de materiales que se reciben para procesarlos», determinó Bertero.
Primera planta en Rafaela
Actualmente, desde TBJ-DEISA se encuentran enfocados en la posibilidad de instalar una primera planta en la ciudad. «El objetivo es empezar a mostrar este proceso, para generar esa dinámica de tomar los materiales que creemos que no sirven para nada y darles un sentido distinto», remarcó Bertero.
Generando la propuesta e investigando, el desarrollo lleva a este tipo de productos. «Es una novedad que nos tiene muy apasionados, y tenemos muchas ganas de avanzar, por lo que estamos hoy en día trabajando en propuestas de distintas empresas, y distintos interesados, para poder llevar adelante esta primera planta», aseveró.
«En los hogares empieza todo»
Bertero manifestó que, para generar un cambio, como sociedad debemos considerar que todo lo que compramos, no sólo es un alimento, sino que incluye a un material, y es nuestra responsabilidad saber qué hacer con eso. Es decir, cómo lo gestionamos, cómo y en dónde lo tiramos. Eso es parte del producto que compramos.
En ese sentido, el profesional precisó que «en nuestros hogares empieza todo, no sólo eligiendo qué comprar, qué tipo de envase trae ese alimento, de dónde viene ese material, sino también entendiendo la importancia de que lo clasifiquemos en casa, porque es el primer paso para que esos materiales se recuperen, y puedan existir este tipo de emprendimientos vinculados a la economía circular. De otra manera, el material se pierde, termina enterrado y no se recupera nunca más».
Entonces, el primer gran paso es colocar este tipo de envases junto con otros recuperables dentro de una bolsa para que a los recolectores les resulte más fácil clasificarlos luego. «Eso va a ir al Complejo Ambiental, en donde lo van a poder recuperar para poder entregárnoslos a nosotros», dijo.
Finalmente, Bertero expresó que podemos ayudar al emprendimiento corriendo la voz, entendiendo que existen alternativas, viendo que se puede cambiar el paradigma, que ya lo empezamos y es lo que se viene y en lo que tenemos que trabajar. «Al ambiente lo hacemos todos y tenemos un solo planeta. Si no lo empezamos a cuidar ahora, tarde o temprano los recursos se van a ir agotando», concluyó.